La Divulgación de la Historia
Introducción:
Hoy en día es posible hacer industria de casi todo, de lo que conocemos y de lo que no conocemos, podemos crear artículos que no existen con la finalidad de crear la necesidad de su posesión, podemos asegurar el estatus social por la posesión de artículos y su ostentación. Bueno, en realidad no es algo nuevo... veámoslo.
La cultura de las élites:
Fco. de Borja, Duque de Gandía. http://anecdotas-historia.blogspot.com.es/2011/01/la-resolucion-del-duque-de-gandia.html |
A lo largo de la Historia siempre ha habido culturas elitistas dentro de las sociedades. En los sistemas jerárquicos las élites tenían y tienen un estatus social derivado del origen de su primacía: el linaje, la riqueza, la posesión de tierras, etc. Este estatus social solía acompañarse de una comodidad económica derivada de su posición en un sistema social: los nobles, los patricios, los oligarcas de las ciudades medievales, los generales en las repúblicas americanas, etc. Los menos afortunados, los que se enriquecían, los que querían ascender o lo estaban haciendo, participaron de sus sistemas materiales, de su estatus a través de la posesión de objetos para demostrar merecer su lugar en dicho puesto o por el disfrute de los mismos objetos que los ricos de sus épocas.
Carlos V, vestido como un burgués de Nüremberg, Tiziano http://2esodieciseis.blogspot.com.es/p/tema-11-el-imperio-de-los-austrias.html |
A pesar del origen de las diferencias sociales, éstas siempre han podido ser mitigadas por el dinero. Pasó con los plebeyos de Roma que pudieron acceder a las magistraturas, pasó con los burgueses medievales europeos, que querían vestir ricamente como los nobles, hoy en día también queremos tener lo que tienen los ricos, queremos un iPod, porque da estilo. Esto es válido en el consumo. Pero no escribo una diatriba sobre el consumismo o los elementos de legitimación social.
El consumo de la Historia:
La Historia Nacionalista / La Historia Romántica:
La Historia también se consume. Su estudio se originó en círculos elevados para el consumo de círculos elevados. Los cronistas reales eran pagados por los reyes y escribían historias a su medida, podríamos citar a los cronistas aragoneses, como Bernat Desclot, Jerónimo Zurita (ya en el siglo XVII), que ensalzaron a sus monarcas o reinos. La Historia trascendió de ese mundo a lo largo del siglo XIX, entró como estudio en las Universidades, se proyectó hacia las sociedades con el surgimiento y desarrollo de los nacionalismos, al fin y al cabo no se pueden crear heroicos mitos nacionales con los cuales fundar el nacionalismo sino se lo ofrece o impone a un público que lo asuma. España, por citar un ejemplo próximo,
Los Reyes Católicos. Fuente de la Imagen: http://iris.cnice.mec.es/kairos/ensenanzas/bachillerato/espana/estadomoderno_00.html |
Historia Divulgativa frente a Historia Especializada:
Con esto quisiera conducir la reflexión hacía una disyuntiva, podríamos decir que existen dos Historias (podríamos decir muchas cosas, pero diremos esta), una historia especializada, académica, y una historia divulgativa.
No significa que la primera sea verdad y la segunda mentira, que la primera se ciña a las fuentes y la segunda no. Las diferencias son más sutiles o pueden serlo. Del mismo modo que se requiere formación técnica para comprender el funcionamiento de un motor de explosión, poder montarlo y desmontarlo, para estudiar la historia se requieren técnicas, que como todas las cosas, requieren tiempo. Con lo cual muchos especialistas fabrican información consumible, la labor del Historiador es facilitar la comprensión del pasado a sus contemporáneo, cada época comprende el pasado a su manera.
Sigue sin ser malo en sí, el problema recae en el cómo. Cómo se divulga la Historia. Se trata de hacerlo fácil y atractiva, comprensible, y se ayuda en elementos didácticos, el estudio de personajes y anécdotas, pero también en el uso de de los juicios de valor, que puede introducir ideas cuestionables o trasnochar hechos. Por otro lado, la Historia especializada no deja de ser un trabajo específico como puede ser el de un biólogo, un ingeniero aeroespacial o un cantero, pero una persona de a pie no necesita comprender las variaciones de presión en un fuselaje como tampoco tiene por qué conocer el instrumental básico para separar un bloque de graníto de su matriz. En cambio la Historia sí puede resultarle más útil, al fin y al cabo se enseña desde el colegio, a diferencia de la cantería o la ingeniería aeroespacial.
Una Historia analítica, que analiza las complejidades sociales desde un prisma amplio (en el sentido de que sus personajes no son individuos, sino colectivos, sociedades, pensamiento, cultura material), que estudia procesos, permite o ayuda a conocer el funcionamiento de los individuos y de las sociedades. Sin embargo, una Historia que es fascinante para unos puede ser farragosa para otros.
Conclusión:
La brillantez de esta reflexión, si es que la tuviera, radica no en ver un problema sino una oportunidad, la oportunidad de dar a conocer la Historia con recursos asibles y manejables para el público que no está especializado (la gran mayoría), como las anécdotas o los personajes, pero ayudando al siguiente paso, comprender las sociedades (la nuestra, en última instancia), y como decía Maquiavelo en El Príncipe, "conocer con poco esfuerzo lo que yo conocí tras sufrir muchas fatigas". Con esto quisiera aprovechar para anunciar, para la próxima semana, Alicante en la Edad Media: Gobierno Real y Gobierno Urbano, las peleas entre los oligarcas de los siglos XIV-XV, que llegaban a las manos más de una vez, incluyendo asesinatos, pusieron en serios aprietos a la administración real, que continuamente tenía fricciones con los gobiernos locales y regionales que desafiaban continuamente su autoridad. Trataremos de presentar las locas e increíbles hazañas del monarca ausente, que desde su trono en Nápoles conspiró con los gobernadores de Murcia para conseguir su anexión a la Corona de Aragón.
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