El régimen de la insaculación como prueba del proceso de expansión de las oligarquías valencianas
I. Introducción:
La insaculación fue un mecanismo de elección de los cargos
municipales en la corona de Aragón, puesto en escena durante el reinado de
Alfonso V y mantenido hasta los decretos de Nueva Planta. En este sistema
tenían capital importancia los habilitadores o graduadores, que decidían quién
podía acceder a los sacos.
Tradicionalmente
se ha considerado que de esta manera era la monarquía la que decidía quién
entraba y quién no, probablemente debido a la confusión con el racional de Valencia, que enviaba la ceda con los candidatos al municipio
valenciano directamente al rey. Con la insaculación el rey podría eliminar a
quien no le fuera fiel y crear una oligarquía a su medida que aceptara sus
decisiones y, más importante aún, las apoyara. Este último punto es crítico,
pues realmente hay que asumir que la monarquía se introducía en el proceso de
elección municipal, creando los estatutos, por ejemplo, pero habría que matizar
la forma en que la que intervino y las posibles causas de esa actuación.
Siguiendo
a Bernabé Gil (1990: 11) “era lógico que la monarquía tratase de asumir algún
tipo de control sobre el desarrollo de ese proceso o tratase de capitalizarlo
para sus propios fines”. Éll opina que estas actuaciones regias se debían a un
proceso de empatriciamiento de las
oligarquías, promovido por los grupos hegemónicos para ejercer el monopolio
municipal.
Siguiendo
con esa hipótesis, ¿por qué la oligarquía que hasta el siglo XV venía
ejerciendo el dominio municipal necesita un apoyo para mantener inalterable su
estatus? La respuesta lógica debe ser que existían otros grupos con los
recursos y la legitimidad (ciudadano, natural, título de generoso o rico
hombre) como para acceder al gobierno municipal. Así la insaculación quedaría
insertada dentro de los sistemas de promoción de las oligarquías municipales
para mantener su propio poder y alejar a los competidores. La propia existencia
de nuevos grupos es aval suficiente como para demostrar que hay un crecimiento
económico capaz de generar nuevos ricos. Estos nuevos ricos buscarían acceder
al poder, y ante los mecanismos de los patricios se verían incapaces de acceder
por la legalidad a los cargos municipales, dando lugar a luchas de poder entre
oligarquías, llamadas bandosidades
por el lenguaje de la época. Pues éstas se generaban por la lucha para acceder
al poder de aquellos grupos que pudiendo pertenecer a la elite veían
obstaculizado su acceso. A modo de prueba podemos hablar del proceso
insaculador en la ciudad de Orihuela, aprobado por la reina en 1445. La
insaculación en la capital del sur servía de mecanismo de acceso a los cargos
para los conversos (resolvía en parte la lucha de poder), pero al mismo tiempo
servía de mecanismo regulador para negar el acceso a los puestos claves de poder
a los conversos (Barrio Barrio, 2006-2008). Proceso sobre el que volveremos más
tarde, primero resta explicar algo más sobre la introducción de la insaculación
en el reino valenciano.
II. Implementación de la Insaculación:
Siguiendo
a Antonio Passala i Tejedor (1993: 305-309)[1],
parte de los análisis de Vicens Vives, negando que la insaculación fuera una
imposición autoritaria y que los desórdenes municipales fueran la excusa de su
implantación.
Pero en tema del intervencionismo regio no todo
era obra de la corona. Las oligarquías locales valencianas cada vez más
excluyentes (y menos representativas que las catalanas) eran las que en
multitud de ocasiones lo habían propiciado (Passala i Tejedor, 1993:
302).
Las bandosidades serían en
última instancia el elemento que propició la intervención monárquica, pero no
de forma absolutista o autoritaria, sino en consonancia con los intereses de la
oligarquía que se aseguraba su tranquilidad y la monarquía obtenía su apoyo.
“La corona legitima a la oligarquía y actúa como garante de su privilegiada
situación obteniendo a cambio su colaboración para la gobernabilidad del reino
y en las exigencias de servicios militares y monetarios” (Passala i Tejedor,
1993: 304). El papel legal de la monarquía, su justificación se hallaba en el
ejercicio de la Justicia ,
de esta manera se esperaba del rey que interviniera en los municipios para
pacificarlos. Así la insaculación era una solicitud ciudadana para acabar con
el monopolio del poder, y posibilitaba a la monarquía aprovechar las disensiones
para fortalecer su posición. En conclusión no era una iniciativa plena de la
monarquía, sino que utilizaba para mejorar su situación en los gobiernos
municipales. La corona no tendió a controlar el proceso electoral, este estaba
en manos de los habilitadores, o bien del consell
o bien de una comisión elegida por dicho organismo.
Entonces si la monarquía no controlaba las elecciones ¿por qué motivo
interviene tanto en el reino valenciano? Probablemente se deba a una mayor
patrimonialización de la insaculación debida a un importante proceso de
cerrazón oligárquica, originando importantes tensiones entre los oligarcas y
obligando a una legítima intervención regia en su solución. De hecho no hubo
homogeneidad en el intervencionismo regio y además este no fue generalizado, produciéndose
incluso la devolución de las competencias secuestradas, lo cual “desmiente la
existencia de una voluntad firme y específica de reforzar el Trono a costa de
los municipios” (Passola i Tejedor, 1993: 309)
III. Conclusión:
Era el comportamiento de las oligarquías una de las principales
causas de intervención, y la oligarquía podía asumir incluso con satisfacción
tal intervención. Era “un sistema […] hecho a la medida de las oligarquías para
asegurar su predominio, […] que se mantenía gracias al apoyo real” (Passala i
Tejedor, 1993: 308).
Concluiré poniendo unas ejemplificaciones de lo antedicho. Para el
citado caso de Orihuela estudiado por Barrio Barrio. El cómputo realizado para
el reino de Valencia es de un aporte poblacional converso del 5% tras los
incidentes de 1391, predominante en los ámbitos urbanos. Los judíos habían sido
una población rica, dedicada al comercio, las finanzas (banqueros) y las
manufacturas de lujo (plateros, relojeros), habían participado incluso en los
organismos reales, a título privado, como arrendadores de impuestos,
escribanos, bailes (Hinojosa Montalvo: 1984). En fin, una población rica y
preparada. Con su conversión ya no había trabas ni para acceder a los oficios
reales ni a los cargos municipales. Según el privilegio de Sac i Sort de 1445 los evaluadores de la ciudad de Orihuela eran
los 40 consellers, que relegaron a
los principales judeoconversos al sac
menor. Poniendo el caso de Jacme Limnyana, principal familia judeoconversa de
la ciudad, fue relegado al sac menor, a pesar de que en 1449 se le reconoció el
título de generoso no pudo optar a cargo caballero hasta 1456, como sobrecequier (cargo que también
desempeñaba el sac menor) y no insaculó como caballero hasta 1459. Por tanto la
conversión servía de argumento a los munícipes (véase oligarquías) servía para
eliminar la competencia de la vida política. Concluye el autor que se produce
una remodelación de las estrategias de reproducción de las oligarquías (el
estudio de los sacos refleja la pujanza de ciertos sectores, comerciantes y
artesanos) y la reacción contra la competencia de los veterocristianos. Es una
problemática urbana por el control de los cargos de poder locales.
Tomando de base el sur del reino, Játiva alcanzó el privilegio de
insaculación en 1427, Villajoyosa en 1443, Orihuela en 1445, Alzira y Castellón
en 1446 y Alicante en 1459. Vemos que son municipios de realengo, de cierta
importancia todos y que el proceso tiene un centralismo en los años 40, siendo
ya ocupada la plaza de Nápoles (1442).
Finalmente, en 1459, reinando ya Juan II, fue la propia ciudad de
Orihuela la que solicitó y consiguió del monarca que se renovara el privilegio
de insaculación, el anterior tenía una duración de ocho años, el nuevo de 100
años. Como se puede apreciar por esta afirmación las oligarquías vieron en este
sistema un apoyo incuestionable a su dominio y al control de los grupos
emergentes, que fueron relegados al saco menor hasta que la intervención real
los alzaba al saco mayor o al de los caballeros, verdaderos sires de los municipios.
Reino de Valencia. 1607. Fuente: http://www.zonu.com/fullsize2/2010-11-02-12482/Mapa-del-Reino-de-Valencia-del-ano-1607.html |
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