Las 7 claves para entender la Edad Media (II)
La semana pasada comenzamos a ver las 7 claves para entender la Edad Media, pero sólo habíamos visto 4 de ellas: tiempo, espacio, economía y sociedad.
POLÍTICA: se trata de un punto fascinante. El mundo romano había desarrollado un curioso modelo de Estado, se trataba de una gran capital, Roma, que gobernaba un imperio de ciudades, estas ciudades acabaron gobernadas por élites que tras el ejercicio de sus cargos obtenían la ciudadanía romana. Sobre las ciudades había provincias, con fines judiciales y fiscales. El panorama territorial fue cambiando a lo largo del Imperio, diócesis, vicarías, etc., pero la estructura de una autoridad pública se mantuvo. Sin embargo, los Estados sucesores (reinos bárbaros) no pudieron mantener la autoridad pública puesto que el modelo de sociedad y economía que lo había creado ya no existía. La ciudad como fuente de cursus honorum desapareció al igual que su importancia política para la articulación del territorio.
En su lugar surgió una autoridad pública personalizada, donde el cursus honorum quedó supeditado al servicio de príncipes y nobles. Un ejemplo temprano es el Imperio Franco. Como ya habíamos visto en la nota anterior, el imperio fue reorganizado en distritos al mando de condes, éstos debían jurar fidelidad a su señor y ostentaban el cargo durante el tiempo que se considerase, pudiendo ser removidos de los cargos. Para mantener la estructura jerárquica se introdujo el vasallaje, un juramento de obediencia y fidelidad que se prestaba en un tiempo donde el documento escrito había perdido su valor frente a la palabra.
Cuando los sueldos no podían ser entregados se comenzaron a entregar los derechos sobre las tierras y las personas que en ellas habitaban, los señores de la tierra personalizaban la autoridad pública, teniendo ellos mismos señores y vasallos, vasallos que a su vez podían tener otros señores y sus propios vasallos. Junto a la administración del territorio gozaron en no pocas ocasiones del ejercicio de la Justicia y a veces competencias fiscales. Posiblemente el apogeo de este sistema de administración territorial fuera entre los siglos VIII-XI, dependiendo de las regiones.
Lo que se mantuvo fue el concepto de feudo como un territorio concedido por el dueño de la tierra a un hombre de igual o inferior condición a cambio de su obediencia. Es así como posteriormente se organizó el condado/reino de Castilla. La Corona de Aragón durante los siglos XIII-XV enajenó (vendió o cedió) patrimonio real (tierras del rey) a la nobleza o ciudades, que se convirtieron en feudos suyos (sí, ciudades, Barcelona fue señora feudal de Elche).
El proceso iría revirtiéndose a medida que los reyes se fueron imponiendo a la nobleza, desarrollando una fiscalidad para sus tierras (para todo el principado) con funcionarios propios, al tiempo que iban recortando competencias a la nobleza (como el establecimiento de tribunales de apelación para contrarrestar la Justicia nobiliaria).
Por tanto, no existe una unidad territorial en la Edad Media, en un principio se hereda el sistema romano, posteriormente trata de ser revitalizado desde el siglo VIII, con su colapso se desarrolla el sistema feudal, para ir dejando paso poco a poco al pacto rey-ciudades para articular territorios. Aun con la sumisión de la nobleza, el feudo no sería eliminado hasta el siglo XIX con los Estados burgueses, y aún así, de forma desigual en toda Europa.
RELIGIÓN: en el mundo premedieval existía un fenómeno dominante que no volvería a haber tras el Medievo, la existencia de numerosas religiones politeistas. Conocemos los cultos oficiales que príncipes y Estados ofrecían a sus dioses, relacionados con la Naturaleza y con las naturalezas humanas, como el Sol (Febo, Helios, Rá, Amón), la Agricultura (Ceres), Fertilidad (Ishtar, Venus), etc. Pero no conocemos tan bien los cultos populares, o dicho de otra manera, cómo la gente común vivía su religiosidad. Por lo que se sabe de las religiones romana y griega, la gente era muy supersticiosa (pocos sabían leer o escribir), realizaban cultos al aire libre, en forma de procesiones y romerías.
Hasta aquí no hay mucha diferencia con lo que conocemos actualmente, sin embargo a principios del siglo IV dc. el cristianismo fue aceptado en el Imperio por Constantino I, y fue la religión oficial desde finales de ese mismo siglo por Teodosio I. ¿Cuál fue la diferencia? La paulatina sustitución de otros cultos politeistas por uno monoteista, proselitista y con vocación de universalidad. Para crecer absorbió otros cultos, por ello hoy en día se mantienen romerías, y fiestas al aire libre, celebraciones paganas (como las Saturnales, Navidad), etc. Sin embargo su vocación de unicidad lo fue haciendo aniquilar a sus enemigos (herejes y paganos) en defensa de la ortodoxia y la jerarquía. Progresivamente fue cambiando de culto a intromisión en las mentes de los creyentes, aunque no sería hasta la reforma de la Iglesia Católica con la Contrarreforma del siglo XVII que se introduciría la cataquesis, la confesión, la comunión y así el total de los 7 sacramentos, como forma de control social (para evitar la propagación de las iglesias reformadas, principalmente).
Hasta ese momento el cristianismo no fue ni tan intrasigente ni tan invasivo. Por otro lado, al ser aceptado como religión verdadera, adquirió una fides más allá de lo público, por ello podía legitimar matrimonios, a reyes, o arrebatarles su fides (el valor de su palabra) con la simple expulsión de la Iglesa (de la comunidad de fieles) mediante una excomunión, que suponía que sus vasallos no tenían por qué obedecer.
Mientras tanto la gente corriente siguió siendo supersticiosa y participando en ritos al aire libre, fascinándose con magia y trucos, sólo cambió el nombre de los dioses por el de los santos.
ARQUITECTURA: lo cierto es que pretendía exponer sobre la tecnología en la Edad Media, pero hay tanto de que hablar, industria textil, trabajo de manufacturas gremiales y rurales, cantería y carpintería, ingeniería, producción de armas, construcción naval, que habría necesitado varios posts para llevarlo a cabo, así que haré un breve esbozo sobre la arquitectura medieval.
La Edad Media, una edad oscura, una edad de superstición, de atraso, de destrucción del mundo romano, al fin y al cabo, ¿no fueron los habitantes medievales de Roma y Atenas los que desmontaron el Coliseo, arrancaron el bronce del Panteón de Agripa o desmontaron la Acrópolis de Atenas? O eso o fueron pioneros en el reciclaje de edificios que, por un lado, ya no se usaban, y por otro, ya en tiempos del Imperio fueron dedicados a otros usos, como mercado y granja el Coliseo, como iglesia el Panteón o como fortaleza la Acrópolis.
Pero es una imagen errónea, si bien es cierto que el esfuerzo técnico fue menor durante los períodos finales del mundo romano y los inicios del medievo, no se dejó de construir en piedra (iglesias especialmente), pero con el avanzar del tiempo la Edad Media fue creando los bellos monumentos de que disfrutamos actualmente, como la Capilla de Aquisgrán (imagen 1), construida entre 790 y 805, Château Gaillard, (imagen 2) entre 1196-1198, Castel del Monte (imagen 3) entre 1240-1250.
Img. 1: Capilla de Aquisgrán |
Img. 3: Castel del Monte |
Img. 2: Château Gaillard |
La arquitectura medieval retomó la enseñanzas romanas sobre los arcos de medio punto (como en la imagen 1) para levantar altas construcciones, así como la bóveda de medio punto, y los mejoró, con los arcos ojivales (góticos) y las bóvedas de arista, elementos más estilizados y ligeros, y capaces de alcanzar mayores alturas. Se continuó el trabajo de la sillería y la carpintería, y la producción de herramientas de hierro y madera para trabajar los materiales.
El mundo medieval heredó del mundo romano sus técnicas constructivas y las mejoró, pudiendo volver a construir cúpulas como la del Panteón ya con las catedrales de Florencia y Roma.
Si tuviera que cerrar estas notas con alguna idea sería la siguiente, el medievo no es la edad oscura y violenta, es una época que se vio sacudida por el fin del mundo romano, migraciones importantes y el cruce de dos religiones universalistas y proselitistas, pero también fue una época de creación de sistemas políticos, de lenguas, de intercambio cultural y comercial, de avance tecnológico y cultural.
Autor: Fernando AUDA